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Fue una Matrona romana rica que murió hacia el 98, en la persecución de Domiciano, después de haber dejado sus bienes a la Iglesia en beneficio de los mártires. La tradición la hace hospedera de Pablo y de Pedro cuando vinieron a vivir y predicar en Roma.
Se le atribuye la edificación en la Vía Salaria, en las catacumbas que llevan su nombre en Roma y que son las más antiguas relacionadas con los cristianos.
Existe también referencia de otra Priscila (diminutivo de Prisca), si es que no es la misma, esposa del israelita Aquilino, (o Aquila) a quienes saluda Pablo en la Carta a los Romanos 16. 3-4 y a quien se cita 1 Cor 16. 19 y 1 Tim. 4.19, lo que denota familiaridad con ellos.
Ambos esposos, según la tradición, murieron también como mártires a fines del siglo I en Roma. Su casa fue la primera sede de la comunidad cristiana.
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